MONICION
AMBIENTAL
Hoy el Señor nos presenta la dimensión
escatológica del cristianismo. Hemos de esperar el día del Señor, donde
aparecerá la justicia y la paz en plenitud, trabajando con valentía y
fortaleza, con la paciencia que se apoya en Dios. El testimonio de fe de los
mejores hijos de la Iglesia siempre ha superado el ser signos de contradicción
con la fuerza del amor, produciendo mucha fecundidad divina a lo largo de la
historia.
ORACION
COLECTA
Señor Dios nuestro,
concédenos vivir siempre alegres en tu servicio, porque en servirte a
ti, creador de todo bien, consiste el gozo pleno y verdadero.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
M. El profeta Malaquías habla de la justicia del Señor de
los ejércitos con los buenos y los malvados en el día previsto por él.
Lectura de la profecía de
Malaquías 3,19-20a.
Mirad que llega el día, ardiente como un horno: malvados
y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir―dice el Señor
de los ejércitos―, y no quedará de ellos ni rama ni raíz. Pero a los que honran
mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.
Palabra de Dios.
SALMO
RESPOSORIAL Sal 97,5-6.7-9a. (R.:cf.9)
M. El salmista habla del gobierno recto de Dios para con
todos los pueblos de la tierra, digamos: R/.
El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
Tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos:
con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor. R/. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes al Señor, que llega para
regir la tierra. Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. R/.
El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.
Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. R/. El Señor llega para regir los pueblos
con rectitud.
SEGUNDA
LECTURA
M. San Pablo invita a los cristianos de Tesalónica a
imitar su ejemplo de trabajo para ganarse el propio pan.
Lectura de la
segunda carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 3,7-12.
Hermanos:
Ya sabéis como tenéis que imitar nuestro ejemplo: no
vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos,
sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser carga para
nadie.
No es que no tuviésemos derecho para hacerlo, pero
quisimos daros un ejemplo que imitar.
Cuando vivimos con vosotros os lo mandamos: El que no
trabaja, que no coma.
Porque nos hemos enterado de que algunos viven sin
trabajar, muy ocupados en no hacer nada.
Pues a esos les mandamos y recomendamos, por el Señor
Jesucristo, que trabajen con tranquilidad para ganarse el pan.
Palabra de
Dios.
M. El Evangelio recoge un pasaje escatológico: el fin del
templo de Jerusalén y el final de la historia humana. Jesús nos invita a
apoyarnos en El para ser pacientes, para poder vencer la persecución y la
contradicción.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya Lc
21,28.
Levantaos,
alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación.
EVANGELIO
† Lectura del
santo evangelio según san Lucas 21, 5-19.
En aquel tiempo, algunos ponderaban la belleza del
templo, por la calidad de la piedra y
los exvotos. Jesús les dijo:
―«Esto que contempláis, llegará un día en que no quedará
piedra sobre piedra: todo será destruido.»
Ellos le preguntaron:
―«Maestro, ¿Cuándo va a hacer eso?, ¿y cuál será la señal
de que todo eso está para suceder?»
Él contesto:
―«Cuidado con que nadie os engañe. Porque muchos vendrán
usurpando mi nombre, diciendo: “Yo soy”, o bien: “El momento está cerca”; no
vayáis tras ellos.
Cuando oigáis noticias de guerras y revoluciones, no
tengáis pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá
en seguida.»
Luego les dijo:
―«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino,
habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre.
Habrá también espantos y grandes signos en el cielo. Pero
antes de todo eso os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a la sinagoga y
a la cárcel, y os harán compadecer ante reyes y gobernadores, por causa mía.
Así tendréis ocasión para dar testimonio. Haced propósito de no preparar
vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrán
hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro.
Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y
amigos os traicionaran, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por
causa mía. Pero ningún cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra
perseverancia salvareis vuestras almas.»
Palabra del Señor.
HOMILIA
CREDO
ORACION DE
LOS FIELES
Pidamos,
hermanos, al Señor que escuche nuestras suplicas y acoja con bondad nuestras
peticiones: Te rogamos, Señor, óyenos.
h Para que es Señor, el
único que puede inspirar y llevar a término los buenos propósitos, multiplique
el número de fieles que, abandonando todas las cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida consagrada, roguemos al
Señor.
h Para que Dios al que han
de servir los poderes humanos, conceda a los jefes de las naciones buscar la
voluntad divina, temer a Dios en el cumplimiento de su misión y acertar en sus
decisiones, roguemos al Señor.
h Para que Dios, que ha
creado los alimentos para los seres vivos, mire con misericordia a las
criaturas que en distintos lugares pasan hambre y les conceda el alimento
necesario, roguemos al Señor.
h Para que el Señor, que
nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, nos de fuerzas para amar a nuestros
enemigos y para cumplir su precepto de devolver bien por mal, roguemos al
Señor.
Dios nuestro,
principio y fin de todas las cosas, que quieres reunir a toda la humanidad para
formar el templo vivo del Cuerpo de tu Hijo, escucha las oraciones de la
iglesia suplicante y haz que, a través de los acontecimientos, alegres y
tristes, de la propia vida, mantengamos firme la esperanza de que, sufriendo
con perseverancia, ganaremos la vida eterna.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, que esta ofrenda sea
agradable a tus ojos, nos alcance la gracia de servirte con amor y nos consiga los
gozos eternos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 72, 28.
Para mí lo bueno es estar junto a Dios, hacer del
Señor mi refugio.
Oración después de la Comunión
Ahora que hemos recibido el don sagrado de tu
sacramento, humildemente te pedimos, Señor que el memorial que tu Hijo nos
mandó celebrar aumente la caridad en todos nosotros.
Por Jesucristo nuestro Señor.
CATECISMO DE
LA IGLESIA CATÓLICA
CEC 162-165:
la perseverancia en la fe; la fe, inicio de la vida eterna
CEC 675-677:
la última prueba de la Iglesia
CEC 307, 531,
2427-2429: el trabajo humano que redime
CEC 673, 1001, 2730: el último día
675 Antes del advenimiento de
Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de
numerosos creyentes (cf. Lc LC 18,8
MT 24,12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la
tierra (cf. Lc LC 21,12 Jn JN 15,19-20) desvelará el
"misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que
proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el
precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del
Anticristo, es decir, la de un seudo-mesianismo en que el hombre se glorifica a
sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf.
2TH 2,4-12 1Ts 1TH 5,2-3 2 Jn JN 7 1JN 2,18 1JN 2,22).
676 Esta
impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se
pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede
alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico:
incluso en su forma mitigada, la Iglesia ha rechazado esta falsificación del
Reino futuro con el nombre de milenarismo (cf. DS 3839), sobre todo bajo
la forma política de un mesianismo secularizado, "intrínsecamente
perverso" (cf. Pío XI, carta enc. Divini Redemptoris, condenando
"los errores presentados bajo un falso sentido místico" "de esta
especie de falseada redención de los más humildes"; GS GS 20-21).
677 La Iglesia
sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que
seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. AP 19,1-9). El
Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia
(cf. AP 13,8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de
Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. AP 20,7-10) que hará
descender desde el cielo a su Esposa (cf. AP 21,2-4). El triunfo de Dios
sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. AP 20,12)
después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2P 3,12-13).
HERMENÉUTICA BÍBLICA DE LA FE
Jesucristo
sabía que por motivo de su Nombre, sus discípulos deben dar testimonio de él
con valentía, paciencia y magnanimidad a la largo de la historia. Por esto los
invita a afrontar con realismo y sabiduría su propia realidad, trabajando
intensamente en la historia, conscientes de seguir a su Señor en el ser signos
de contradicción y sin perder la esperanza. Jesús les promete su asistencia
continua y les promete la fuerza del Espíritu Santo, dándole el sentido
escatológico a su actuar histórico, conscientes que la paz y la justicia
verdaderas alcanzan su plenitud después de la historia.
La verdad
sobre el martirio posee en el Evangelio una elocuencia plena de penetrante
profundidad, juntamente con una transparente simplicidad. Jesucristo no
presenta a sus discípulos la utopía, como sucede con las ideologías, de
acontecimientos puramente terrenos y de prosperidad material (cfr. San Juan
Pablo II). El martirio de la Iglesia está claramente señalado por el Señor,
sabiendo que esta fuerza redentora obra el auténtico cambio de la historia. La
valentía en los momentos de prueba requiere la posesión de uno mismo, para
poder amar incluso a los enemigos y para poder darse a los demás.
Los primeros
mártires y confesores de la fe fueron al encuentro de la muerte con gran
fortaleza, convencidos de ir hacia la plenitud de la vida divina que Cristo
comunicó a la humanidad. El cristiano va a la pelea pero es Dios quien
realmente pelea, el cristiano pronuncia palabras pero es realmente Dios quien
habla en su defensa. El creyente ha de poseerse a sí mismo a través de la
paciencia, que es raíz y defensa de todas las virtudes (cfr. San Juan Pablo
II). Paciente es quien, apoyado en Dios, tolera los males recibidos con ánimo
tranquilo y sin guardar ningún resentimiento con quien los produce.
Aun cuando el
hombre quisiera vivir en paz y concordia, muchas veces debe experimentar el
egoísmo y el deseo de dominio y de posesión. Del mismo modo la Iglesia es
víctima de la incomprensión, del sarcasmo, del odio, de la violencia y de todos
aquellos que no quieren acoger a Cristo. La paz verdadera es fruto de la
justicia y del amor, cuyo vértice es el ofrecimiento generoso del propio dolor,
hasta dar la propia vida en unión con Cristo (cfr. San Juan Pablo II).
La
destrucción del templo indica el fin de la sinagoga judía y el comienzo de la
Iglesia. Misteriosamente esos signos apocalípticos indican castigo pero también
tiempo de gracia para los elegidos. Esa destrucción fue fruto de la dureza de
su pecado y de la irreverencia de sus cultos. Similarmente el templo de nuestro
propio cuerpo, será destruido por el pecado y por la falta de fe, porque todo
lo que se consagra al pecado es motivo de destrucción.
Antes de la venida del Señor aparecerán falsos cristos,
pretendiendo arrancar la semilla sembrada por el Señor, sus preciosos dones, vendrán
movidos por el odioso inventor de todo mal, pero hemos de aprender a discernir,
a no dejarnos seducir por sus medias verdades, formándonos y siguiendo la
verdad que enseña la Iglesia.
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