MONICION AMBIENTAL
M. Este domingo el Señor manifiesta su
compasión y misericordia con todos los pecadores, especialmente con los que se
arrepienten y se convierten como sucede con Zaqueo. Dios ha venido al mundo
para redimir a todos los hombres, heridos por el pecado, para curarlos
integralmente. Dios se alegra cuando es acogido generosamente por el pecador y
como premio le otorga su salvación.
ORACION COLECTA
Dios omnipotente y
misericordioso, aparta de nosotros todos los males, para que, bien dispuesto
nuestro cuerpo y nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
M. El libro de la Sabiduría afirma que Dios ama a todos
los seres que ha creado, mostrando compasión y misericordia con los pecadores
arrepentidos.
Lectura del libro
de la Sabiduría 11,22—12,2.
Señor, el mundo entero es ante ti como grano de arena en
la balanza, como gota de rocío mañanero que cae sobre la tierra. Pero te
compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de
los hombres, para que se arrepientan.
Amas a todos los seres y no odias nada de lo que has
hecho; si hubieras odiado alguna cosa, no la habrías creado.
Y ¿Cómo subsistirían las cosas, si tú no las hubieses
querido? ¿Cómo conservarían su existencia, si tú no las hubieses llamado?
Pero a todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de
la vida.
Todos llevan tu soplo incorruptible.
Por eso, corriges poco a poco a los que caen, les
recuerdas su pecado y los reprendes, para que se conviertan y crean en ti,
Señor.
Palabra de Dios.
SALMO RESPOSORIAL Sal 144,1-2.8-9.10-11.13cd-14 (R.: cf.
1)
M. El salmista nos invita a bendecir al Señor, hemos de
bendecir su clemencia y misericordia con todas sus criaturas. R/. Bendeciré tu
nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por
siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por
siempre jamás. R/. Bendeciré tu nombre
por siempre, Dios mío, mi rey.
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera
y rico en piedad, el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus
criaturas. R/. Bendeciré tu nombre por
siempre, Dios mío, mi rey.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te
bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus
hazañas. R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus
acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se
doblan. R/. Bendeciré tu nombre por
siempre, Dios mío, mi rey.
SEGUNDA
LECTURA
M. San Pablo suplica para que todos los cristianos
vivamos dignamente nuestra vocación, glorificando con la propia vida a Dios en
Jesucristo.
Lectura de la
segunda carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 1,11-2,2.
Hermanos:
Pedimos continuamente a Dios que os considere dignos de
vuestra vocación, para que con fuerza os permita cumplir buenos deseos y la
tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor, sea glorificado en vosotros
en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro
Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la
cabeza y no os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras,
como si afirmásemos que el día del Señor está encima.
Palabra de
Dios.
M. San Lucas recoge el encuentro de Zaqueo con Jesús.
Esta experiencia de fe convierte a este publicano y lo conduce a compartir sus
bienes con los pobres y a restituir cuatro veces más lo injustamente adquirido.
ACLAMACION ANTES DEL EVANGELIO
Aleluya Jn 3,
16.
Tanto amó
Dios al mundo que entregó a su Hijo único. Todo el que cree en él tiene vida
eterna.
EVANGELIO
† Lectura del
santo evangelio según san Lucas 19,1-10.
En aquel tiempo, entro Jesús a Jericó y atravesaba la
ciudad. Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de
distinguir quien era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de
estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque
tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levanto los ojos y dijo:
―«Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que alojarme en
tu casa.»
El bajó en seguida
y lo recibió muy contento. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo:
―«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.»
Pero Zaqueo se puso en pie y dijo al Señor:
―«Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he
aprovechado, le restituiré cuatro veces
más.»
Jesús le contestó:
―«Hoy ha sido la salvación de esta casa; también este es
hijo de Abrahán.
Porque el hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar
lo que estaba perdido.»
Palabra del Señor.
CREDO
ORACION DE LOS FIELES
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche
nuestras oraciones y nos conceda el auxilio que necesitamos, diciendo: Te
rogamos, Señor, óyenos.
- Para que el Señor derrame en su Iglesia el Espíritu de piedad y fortaleza, que suscite numerosos y dignos ministros del altar y testigos celosos y humildes del Evangelio, roguemos al Señor.
h Para que Dios infunda en
el corazón de los gobernantes la voluntad de promover el bien de sus súbditos,
a fin de que todos puedan desarrollarse debidamente y reinen en el mundo la
justicia y la igualdad, roguemos al Señor.
h Para que el Señor
fortalezca a los moribundos que luchan en su último
combate, los libre de las tentaciones y
no permita que nosotros, al llegar la hora de abandonar este mundo, caigamos en
manos del enemigo, roguemos al Señor.
h Para que Dios conceda a
nuestros familiares y amigos el perdón de sus pecados, una vida próspera y el
don de la caridad, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que por medio de tu Hijo has venido a
buscar y a salvar lo que estaba perdido, escucha las suplicas de tu Iglesia y
haznos dignos de nuestra vocación; ayúdanos a cumplir nuestros deseos de bien,
haz que sepamos recibirte con gozo en la persona de nuestros hermanos y con ello sepamos compartir los bienes de la
tierra y del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Mira con bondad, Señor, los sacrificios que te
presentamos, para que, al celebrar la pasión de tu Hijo en este sacramento,
gocemos de sus frutos en nuestro corazón. Por Jesucristo nuestro Señor.
Antífona de comunión Sal 22,1-2
El Señor es mi pastor, nada me faltará; en verdes
praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas.
Oración después de la Comunión
Alimentados con esta eucaristía, te hacemos presente, Señor,
nuestra acción de gracias, implorando de tu misericordia que el Espíritu Santo
mantenga siempre vivo el amor a la verdad en quienes han recibido la fuerza de
lo alto. Por Jesucristo nuestro Señor
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
CEC 293-294,
299, 341, 353: el universo ha sido creado para gloria de Dios
CEC 1459, 2412, 2487: la reparación
293 Es una verdad fundamental que la
Escritura y la Tradición no cesan de enseñar y de celebrar: "El mundo ha
sido creado para la gloria de Dios" (Cc. Vaticano I: DS 3025). Dios
ha creado todas las cosas, explica S. Buenaventura, "non propter gloriam
augendam, sed propter gloriam manifestandam et propter gloriam suam
communicandam" ("no para aumentar su gloria, sino para manifestarla y
comunicarla") (sent. 2,1,2,2,1). Porque Dios no tiene otra razón para
crear que su amor y su bondad: "Aperta manu clave amoris creaturae
prodierunt" ("Abierta su mano con la llave del amor surgieron las
criaturas") (S. Tomás de A. sent. 2, prol. 2SN 1) Y el Concilio
Vaticano I explica:
En su
bondad y por su fuerza todopoderosa, no para aumentar su bienaventuranza, ni
para adquirir su perfección, sino para manifestarla por los bienes que otorga a
sus criaturas, el solo verdadero Dios, en su libérrimo designio , en el
comienzo del tiempo, creó de la nada a la vez una y otra criatura, la
espiritual y la corporal (DS 3002).
294 La gloria de Dios consiste en que se realice esta
manifestación y esta comunicación de su bondad para las cuales el mundo ha sido
creado. Hacer de nosotros "hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según
el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su
gracia" (EP 1,5-6): "Porque la gloria de Dios es el hombre
vivo, y la vida del hombre es la visión de Dios: si ya la revelación de Dios
por la creación procuró la vida a todos los seres que viven en la tierra,
cuánto más la manifestación del Padre por el Verbo procurará la vida a los que
ven a Dios" (S. Ireneo, haer. 4,20,7). El fin último de la creación es que
Dios, "Creador de todos los seres, se hace por fin `todo en todas las
cosas' (1CO 15,28), procurando al mismo tiempo su gloria y nuestra
felicidad" (AGD 2).
299 Porque Dios
crea con sabiduría, la creación está ordenada: "Tú todo lo dispusiste con
medida, número y peso" (SG 11,20). Creada en y por el Verbo eterno,
"imagen del Dios invisible" (COL 1,15), la creación está
destinada, dirigida al hombre, imagen de Dios (cf. Gn 1,26), llamado a
una relación personal con Dios. Nuestra inteligencia, participando en la luz
del Entendimiento divino, puede entender lo que Dios nos dice por su creación
(cf. Ps 19,2-5), ciertamente no sin gran esfuerzo y en un espíritu de
humildad y de respeto ante el Creador y su obra (cf. Jb JB
42,3). Salida de la bondad divina, la creación participa en esa bondad
("Y vio Dios que era bueno...muy bueno": GN 1,4 GN 1,10 GN 1,12 GN
1,18 GN 1,21 GN 1,31). Porque la creación es querida por Dios como un don
dirigido al hombre, como una herencia que le es destinada y confiada. La
Iglesia ha debido, en repetidas ocasiones, defender la bondad de la creación,
comprendida la del mundo material (cf. DS 286 455-463 800 1333 3002).
341 La belleza
del universo: el orden y la armonía del mundo
creado derivan de la diversidad de los seres y de las relaciones que entre
ellos existen. El hombre las descubre progresivamente como leyes de la
naturaleza que causan la admiración de los sabios. La belleza de la creación
refleja la Infinita belleza del Creador. Debe inspirar el respeto y la sumisión
de la inteligencia del hombre y de su voluntad.
353 Dios quiso
la diversidad de sus criaturas y la bondad peculiar de cada una, su
interdependencia y su orden. Destinó todas las criaturas materiales al bien del
género humano. El hombre, y toda la creación a través de él, está destinado a
la gloria de Dios.
HERMENÉUTICA BÍBLICA DE LA FE
Jesús, el
Hijo de Dios, busca al pecador porque quiere salvarlo, “el inocente trata con
los culpables, la fuente de la justicia con la avaricia, que es fundamento de
perversidad; cuando ha entrado en la casa del publicano, no sufre ofensa alguna
por la nebulosidad de la avaricia; antes al contrario hace desaparecer la
avaricia con el brillo de su justicia” (San Juan Crisóstomo).
La Iglesia,
Esposa de Cristo, también está llamada a ser imagen de su Señor pues “abraza
con su amor a todos los afligidos por la debilidad humana; más aún, reconoce en
los pobres y en los que sufren la imagen de su Fundador pobre y paciente, se
esfuerza en remediar sus necesidades y procura servir en ellos a Cristo… la
Iglesia encierra en su propio seno a pecadores, y siendo al mismo tiempo santa
y necesitada de purificación, avanza continuamente por la senda de la
penitencia y de la renovación” (LG 8).
Este
encuentro donde Dios misericordioso toma la iniciativa suscita la conversión,
comunión y solidaridad efectivas en Zaqueo, “es ante todo el gozoso
descubrimiento del dinamismo del amor en el corazón que acoge el don del Señor,
se abandona a Él y encuentra la verdadera libertad. La transformación moral que
comporta el nuevo culto instituido por Cristo, es una tensión y un deseo
cordial de corresponder al amor del Señor con todo el propio ser, a pesar de la
conciencia de la propia fragilidad” (SC 82).
El que Zaqueo
restituya con generosidad y comparta sus riquezas con los pobres habla por sí
mismo de su conversión: “Ha tocado la salvación con la mano, ya no es el de
antes y, como signo de conversión, se compromete a dar la mitad de sus bienes a
los pobres y a restituir el cuádruplo a quien había robado. Ha encontrado el
verdadero tesoro, porque el Tesoro, que es Jesús, lo ha encontrado a él”
(Benedicto XVI). “Aprendan los ricos que no consiste el crimen en las riquezas,
sino en no saber usar de ellas; porque así como las riquezas son impedimentos
para los malos, son también un medio de virtud para los buenos” (San Ambrosio).
Zaqueo por su
acto de fe merece un elogio de parte del Señor “se dice que Zaqueo es hijo de
Abraham, no porque hubiese nacido de su estirpe, sino porque le imitó en su fe,
y así como aquél abandonó su país y la casa de su padre, así éste abandonaba
también sus bienes distribuyéndolos a los pobres” (Beda). Gracias a esta
búsqueda y encuentro, Jesucristo logra la salvación de un pecador.
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